miércoles, 12 de noviembre de 2008

¿Quién ha dicho que los niños autistas no tienen sentimientos?


Erróneamente, algunos profesionales aseveran que los autistas no tienen sentimientos y mucho menos, la capacidad de amar.
Los autistas sí aman, solo que la forma en que lo demuestran es diferente a como nos lo enseñaron a nosotros y nosotras. Un niño “normal” nos dice que nos quiere, nos busca para invitarnos a jugar con él, nos muestra
su sonrisa cuando nos ve... Un autista no sabe qué tiene que hacer para mostrarnos ese sentimiento pero podemos notar que algo nos dice cuando busca estar donde estamos nosotros, cuando su estado de ánimo cambia al acercarnos a él, cuando juega a nuestro
lado...
El que tengan la Amígdala cerebral más pequeña, que es el centro de las emociones, significa que son más sensibles a las emociones y sentimientos pero que no saben manejarlos. Por ejemplo, se asustan más fácilmente o están en estado de alerta permanente a los estímulos que les dañan.
A una persona con autismo se le puede enseñar a demostrar
sus sentimientos y como dice Luis Antonio Perez González (psicólogo de la Universidad de Oviedo), estos niños pueden aprender a base de un trabajo intensivo.
Pérez Gónzalez junto a Gladys Williams trabajaron durante un año con tres niños autistas buscando el final que terminaron consiguiendo:
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La intervención se centra en que los niños aprendan a expresar un sentimiento, a pedir algo o a explicar dónde les duele.
¿Cuál es el requisito? Trabajo duro y muy especializado. Por supuesto, con apoyo de los padres.
Con este trabajo se demuestra que los progresos en la demostración de los sentimientos de estos niños son verdaderamente notables.


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